Paris en las cloacas. Acto II. Sumatra

La belleza será convulsa o no será.
André Breton
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No es seguro que la epilepsia tenga que ser una cualidad imprescindible de la belleza.
Pepe Domínguez
(después del terremoto de Padang del 30.09.09)
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190909_Lintau
Un incendio en los cielos, un paisaje de Marte, anuncian nuestra llegada. El manto verde de Java se llena de pliegues bajo los poderosos volcanes. Una serpiente infinita se arrastra entre ellos. Superabundancia. Corrupción. Belleza.

La casa real, brillantes colores de papagayo muerto. Fantasmas color ceniza salen a recibirnos. Aquí está el legendario matriarcado de los Minangkabau,… lo cual  no conlleva que ellas se libren de cocinar. Sin duda es genético.

Los pequeños minangkabau, aprendices de delincuente, tienen un polvorín escondido detrás del sofa. Uno ha perdido los dedos. Otro la nariz, un brazo. El gobierno en pleno, muy serio, ha decidido: mañana será Idul Fitri.

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200909_Lintau
Ha llegado el Idul Fitri de 1430. Aunque prefiero seguir perdida en mis ensoñaciones, mi príncipe insiste en que le acompañe a celebrarlo al campo de fútbol local. Devota de su amor, admirada por su figura, no me resisto y voy.
 
Las cosas, la gente engalanada se distribuye por jerarquías. Resplandecientes las motos (un mar), solemnes los hombres, separadas por un foso un río blanco de mujeres, encima la selva.
 
Mi larga cabellera y dorados rizos atraen la admiración de todo el mundo. Halagada, me prodigo en saludos y sonrisas, toco la cabeza de los niños, lloro con las mujeres, escucho interesada a los hombres. El profeta en el atrio se esfuerza en el énfasis de sus palabras tratando de competir con mi rubia cabellera. No quiero provocar y opto por perderme en el verde interminable.
 
El resto del dia recorremos el hipertrofiado árbol genealógico de mi príncipe: ramas mayores y menores, brotes, raices (terrestres y aéreas), hojas vivas y muertas, frutos, flores, semillas, pistilos, … y todos los que lo habitan pajaros, monos, serpientes, panteras,… a cada uno le acompaña una delicia que asegure un buen recuerdo: soto ayan, ayam ketcha, tepe, martavak, bakso, arroz negro, pastas de té… me revienta la faja del 43.
 
En la casa real sacan 3 urnas con las generaciones ausentes: padre, abuela, bisabuelo. Pues no, son galletitas.

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210909_Lintau
Voy conociendo a la familia real. Evita, la menor, embrión de camionero, me ha hecho una llave y me ha aplastado la cabeza. Al final confieso que mi rubio no es natural.  Seguro que nos hacemos grandes amigas.

La dulce Rafeni, la mayor de las presentes. Mi príncipe asegura que su incontenible verborrea, es sólo ocasional y no se debe a la cocaína… no obstante esos polvitos blancos bajo su nariz.

La interesada Elvida, la mediana. Aunque me ha regalado un sharon, unas 30 veces mi talla, no me he dado por ofendida. Se ha interesado por mis ingresos y estoy a la espera de que me pida algo.

Tres dias de convivencia con la familia real empiezan a hacer mella. Mañana nos vamos a Bukittingi, ciudad de vacaciones local.

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220909_Bukittingi
Un pequeño sube a su abuela momificada en el autobús. La pobre se hace la tonta y no paga billete.
 
Al pie de un enorme volcán, se yergue una torre inmaculada que corona un montículo de mierda. Miles de personas pululan y venden consiguiendo en mucho menos espacio el mismo hedor y caos de la insoportable Yakarta. No muy lejos el  impresionante cañon Siagnorek sirve para arrojar todo tipo de basuras a los monos.  Bukitingi, ciudad de vacaciones,… será por sus fangos. No es de extrañar que de vez en cuando el volcán explote.

En ocasiones mi príncipe ofendido dice “igual que en Madrid”. Reviso sus bolsillos en busca de alguna droga.
 
Por una sóla vez el muecín recita de forma conmovedora al atardecer, otro le hace los coros justos. La escasa luz atenua y unifica la mugre, y el volcán impone un silencioso respeto. Desde nuestra habitación, por encima de todo ese caos, Bukittingi parece especial.

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230909_Danau Maninjau
Al ritmo trepidante de la Pantoja de Sumatra, atravesamos 44 cerradas curvas hasta el borde de un lago suizo de limitados confines. Alrededor, una cadena de montañas con la altura justa para atrapar las nubes. Niños que juegan y se funden en el gris. Raros patos meten la cabeza en el agua y
suavemente suena How does it feel /to be without a home / Like a complete unknown /Like a rolling stone?. 
He llegado a la mitad del viaje, a la mitad del trayecto, arriba del todo y es tan, tan hermoso, que mi linda cabecita rubia empieza a elucubrar ¿Cómo tanta belleza puede existir fuera de un centro comercial?.

El lago resplandece con los destellos de mis rizos y empiezo a caer. Todo me habla, el gordo abejorro me conduce hasta una procesión de caracoles que forman mi nombre en señal de bienvenida. P-A-R-I-S.  Gigantes, azules, pardas, naranjas mariposas no dejan de pasar. La bailarina extiende su tutú en el borde del lago. Un mono encadenado trabaja recogiendo cocos de sol a sol, lamentablemente ninguno cae sobre su tirano patrón. Y desde el agua, subido a un árbol, un enorme biawak1 me dice Hati hati, temibles tambuan revolotean sobre tu cabeza.  Por la noche todos tocan desacordes sinfonías.

Un súbito ataque de melancolía transmuta a mi príncipe en rana. Bonito color, le digo, pero no hace juego con mis rizos. Al rato recupera su divina forma. Tarde, ya he salido corriendo.

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250909_Bukittingi (brevemente)
Me despierto febril en el sucio Bukkitingi. De vuelta a Lintau, mi príncipe insiste en que nos quedemos en la salita de espera de la terminal. Temerosa de que la gripe se me complique con una infección generalizada con consecuencia de muerte, me subo al autobús. Un camino de cortezas, hace tiempo amarillas, me indica el camino hasta mi asiento. Saco el burka de nuevo.
 
Una madre escrupulosa ata con primor los vómitos de su retoño, el padre lo arroja con tino en el puesto de pollos de la carretera. A la dueña no le hace gracia el nuevo aliño. Nadie se da por aludido.
 
El muecín local persiste con sus espantosos lamentos, como estrangular un gato con lentitud. Si dios no existe ¿para que cantarle? Y si existe ¿porque permite tal atrocidad?.

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260909_Lintau
Nada como una cena muy picante para acabar con cualquier gripe. Como complemento un paseo por la selva penetrable. Que tome nota la ministra. Y no lo hagan los del Tamiflú.

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270909_Lintau
Evita, la menor, capaz de derribar un búfalo con uno sólo de sus eructos, me ha echado la zancadilla y me ha quitado los pantalones, que decía le gustaban. No obstante, he conseguido salvar la cámara al llamar la atención sobre sus incipientes patas de gallo. Aún así, sigo pensando que seremos grandes amigas.

Elvida, la interesada; ya me ha dicho lo que quiere. Que le cambie mi piel por su pellejo o le compre camisetas. Le cuento mi secreto “tidak ada matahari”, o sea, nada de sol. 

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280909_Lintau
Transcurren apacibles los días al pie de las esponjosas, abruptas colinas de Bukit Barisan, junto al caudoloso río y los búfalos de piedra, entre todas las formas del verde. Enormes murciélagos pasan lentos cada atardecer. Sin entenderlos voy comprendiendo a los miembros menores de la familia real. Ikbal, Reham, las gemelas Risky y Riska, Sely, Vima, Dini, la diminuta Tascha,... la generosidad y vitalidad de Sumatra es tan bella como inaudita.

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300909_Padang (aeropuerto... afortunadamente)
Preparando mi discurso de despedida, de repente, impuntual, llega nuestra limousine. Recojo mis enseres y al salir, un río de lágrimas, probable anuncio de la próxima lluvia torrencial. Emocionada, entono brevemente Dont cry for me Argentina. No espero los aplausos y nos vamos a Padang. Las colinas de Bukit Barisan se hacen girones entre la lluvia y la niebla.

En el aeropuerto, pasados los controles, a la espera, el suave ronroneo de un enorme, dócil animal, hace temblar todo el edificio. Un poco primero, mas fuerte después. ¿El metro? ¿un avión? Corre, dice mi príncipe, que ya no está. Ni mi cartera tampoco. No, si ya me lo decía mi madre "saldrá corriendo con tu dinero". Atrás, adelante, el edificio parece de goma. Pierdo el equilibrio. Agarro mi bolsa. Me siento. No tenía que haberme puesto tacones.  

… y es que un terremoto de 7 coma mucho nos ha sorprendido en la sala de espera del aeropuerto, una hora antes de embarcar. Aunque en principio yo no le daba ni un 3, lo más un 4. Como era mi primer terremoto no sabía que ponerme y me he quedado quietecita, en tanto tres oscuras y gordas serpientes se dirigían sin orden hacia la luz. Pasado el temblor, ya fuera, agarro firmemente mi glamour, mi pasaporte y mi cartera, que una muerta sin identificar dá muchos problemas.

Afortunadamente el edificio es nuevo y los arquitectos japoneses. Ha resistido y sólo ha sufrido desperfectos menores. En tanto sigo emocionada con mi primer terremoto, a mi príncipe le ha dado un soponcio y se ha caido al suelo, sin poder respirar. El pobre, que pensaba que llegaba un tsunami, ya ves tú, cosas de Hollywood. Intento pedir ayuda spikinglis? spikinglis?. nadie spikinglis. Mierda país, coño. Al final, lo meten entre ocho hombres en la ambulancia. Mira que le tengo dicho que pierda peso.   

Parece que nos espera una noche larga. La carrretera esta cortada y según me comunican, Padang, la ciudad, bastante dañada, eso dicen, porque lo cierto es que no me entero de nada. No hay líneas. La luz es escasa. Comienzan a desescombrar.
 
Pasamos la noche en una escuálida mezquita, a salvo de la lluvia, pero no de las continuas réplicas del terremoto. 4 menores y una mayor, que nos pilla casi en el mismo sitio del día anterior. Esta vez consigo salir antes, al empujar a 3 ancianas y pegarle un empujón a la señora del cochecito. Paris sobre todas las cosas. Mi príncipe de nuevo ha desaparecido. No conoces a un hombre hasta que llega un terremoto.
  
No sin turbulencias, nuestra avión nos aleja de la poderosa Sumatra, la que todo lo dá y todo lo quita.

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(Fin del segundo acto) 

1 El biawak es un tipo de lagarto.

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