Paris en las cloacas. Acto III. Bali

Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes.
Mae West 
 
El sexo es como el bridge, si no tienes una buena pareja más vale que tengas una buena mano.
Mae West 
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011009_Denpasar
El trafico, aunque abundante no es enloquecido. La basura recupera su lugar e incluso se clasifica: la inorgánica en los cubos, la orgánica exquisitamente dispuesta a modo de ofrenda a lo largo de las aceras, sobre los templos, las casas, las motos y los coches. Las alcantarillas se muestran con recato y todo parece en su sitio lejos de la feroz Sumatra, la locura de Java. Agotada, saco mi maltrecho glamour y me dedico durante el resto del día a plancharlo con mimo. Estamos, por fín, en Bali, paraíso global,… ya siento mi reencuentro con Sanghyang Widi, deidad suprema balinesa.

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021009_Sanur
Las réplicas continúan, ésta vez en mi interior. Aunque en un principio pienso que es la tensión acumulada, la fuerza con la que expulso la sopa de champiñón, me hace cambiar de idea.  Tarde, agotada y licuada, acudimos al doctor. Considerado, me da a elegir: cólera o intoxicación. Lo primero me recuerda a mi primer marido, así que elijo la segunda opción.

Mi príncipe me tiene todo el día tirada con una mezcla de dieta blanda, que nos da el hotel, y dieta dura, que la pone él.

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031009_Sanur
Aparentemente recuperada voy descubriendo Sanur, elegante gerontoparaiso balinés, profuso de jardines y templetes. A cada templo le acompañan exóticas santeras y atractivos brujos, que limpian y realizan complicados pases de magia.
 
Para olvidar los diversos temblores, incluido los vejestorios en bañador, nos pasamos la tarde en un calculado jardín de orquídeas. Las miro todas, mas de 700, y por unos momentos consigo olvidarme del sofocón.

Más noticias llegan. 520 muertos. 1100 muertos. La tierra se tragó a los 400 invitados. Padang arruinado.  Los geólogos habían advertido.  80% de edificios destruidos. Miles de personas sepultadas. Ayuda internacional. Hoteles de 6 plantas colapsados. Riesgo de epidemias. Se me encoge el corazón. París, compórtate, que este rimmel es muy caro.

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041009_Ubud
Nos alojamos en un barroco bungalow de estilo balinés. Sólo un cierto olor a moho estropea su perfección. Por la noche recuerdos de España me llegan desde la almohada, que huele a queso manchego, muy curado. Cosas de la humedad.
 
La golfa balinesa del restaurante coquetea con mi príncipe. Él responde, halagado. Aunque el matrimonio es una pesada carga que conviene compartir, se me hace un poco pronto. Le pongo los puntos sobre las ies y un acento sobre la o. 

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051009_Ubud
Al contrario que otras ciudades indonesias, Ubud no parece un tumor maligno. Organizada, barroca y limpia, entre praderas y colinas intensamente verdes. Aquí los balineses, perfecta comunión con su entorno, han sabido qué hacer con la jungla: cortarla casi toda y convertirla en graciosos souvernirs. La restante la han llenado de pasarelas y templos de cartón. Con ello una se siente como en una auténtica aventurera, pero sin sus desagradables consecuencias. 

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061009_GoaGajah_GunungKawi_Tampaksisring_Kintamani
Pasamos el día viendo templos y paisajes del norte de Ubud. Me pierdo buscando el templo de la eterna juventud y al volver mi principe me espera con cara de acritud. Respondo con un contundente disgusto que me dura cuatro templos.

En ocasiones, aparecen grupos de gamelan, cuyos hipnóticos ritmos me atrapan y colocan, más y mejor que los aberrantes muecines.

Varios templos después, embriagada de misticismo, tengo ganas de vomitar... o será el espantoso olor que sale de mi amado tras devorar una de esos apreciados y hediondos durian.
 
Tranquilas y elegantes pasan las noches a la tenue luz de Ubud. El gobierno ha cuidado cada detalle y por las noches sacan una pobre con niño para cada esquina, que asegure un auténtico sabor y te haga sentir lo afortunada que eres.

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071009_Ubud
Las autoridades de Padang, conmovidas ante la desgracia de su pueblo, reparten limosna. No mucha, no sea obstáculo para su miseria. Lentamente los muertos vuelven a la vida, las cifras se ajustan.

Nos pasamos el día de compras en el laberíntico mercado. Tenemos la ensaladera, los mantelitos, el cubremesas, la colcha, el batik, los anillos, bonitos cuadernos, catálogos, el sharon, cojines, bolsos y sonket, varios pantalones y marionetas. Solo nos falta el coco tallado. Para compensar museo local, donde me dejo llevar por las sorprendentes, enrevesadas filigranas de la pintura tradicional balinesa contemporánea.
 
La elección, una vez más, por parte de mi príncipe, del restaurante equivocado, me hace desear el advenimiento de la Republica. Salgo corriendo. Camino semidesnuda, ensangrentada por la carretera. Todo me da igual. Mas allá descubro lo que Bali oculta. Alcantarillas abiertas, aceras rotas, sordidos puestos de carretera. Cansada, vuelvo. Él duerme, ceporro, y no me resisto a interpretarle una vez mas Ne me quit te pas, en tanto me acuerdo de las víctimas del terremoto (para dar veracidad). Gritos y sollozos después todo el campamento nos aplaude. Terima kasi banyak, thank you very much, danke, merci, gracias….

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081009_Ubud_TanahLot
Escapamos del mohíno Ubud con otra calculada excursión. Nos acompañan dos pálidas parejas sajonas. Por suerte no hablamos.
 
Paramos para ver la desafortunada obra de una escuela de pintores ciegos… si al menos alguien les ordenase los colores.

Parada paisajística. Extasiada, persigo el viento entre los arrozales. Vida, belleza, glamour. Mi príncipe, que maneja la cámara con la destreza de un manco, al final consigue sacar una foto decente de mi inolvidable interpretación de la Danza de los Arrozales.
 
Alas Kelaton. Otro bosque con monos, aunque esta vez le añaden murciélagos y mosquitos, que en cuestion de segundos me hinchan hasta aumentar dos números mi talla. Espléndidos, imprecisos árboles se retuercen entre los monos.
                                                                  
Hordas de pavisosas parejas y familias descienden de los autobuses para contemplar el atardecer en el sagrado templo de Tanah Lot. Pese al vulgar gentío, mis rizos no son fáciles de eclipsar, y vuelvo a ser, aunque brevemente, el centro de atención. Espiritualidad contenida, emociones a flor de piel, olor a lavanda, misticismo, tengo una revelación…hago donaciones, reflexiono junto al mar,…

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091009_Ubud
Primer cumpleaños de mi nueva vida. Aunque hubiese preferido algo completamente inútil, mi príncipe me regala una elegante y virginal camisa, ideal para las noches ibicencas. La acepto halagada y la dejo tirada en un rincón. 

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101009_Ubud_Klungkung_Tengenan_Besakih
Iniciamos otra programada excursión por los alrededores. Esta vez, egoístas, no compartimos nuestro aburrimiento. 

Me reencuentro con el bestiario de El Beato de Liébana, en los fantásticos techos del Kertha Gossa,  y por un momento alcanzo el nirvana espiritual. Igual, dice mi príncipe. Que tragedia la ceguera del que puede y no quiere ver.
 
En la ladera de un volcán, dominando un difuso paisaje se encuentra Pura Besakih, templos mayores balineses. Como todo templo tiene en su entrada un estratégico mercado, esta vez de un km de largo. Otro templo, dice mi príncipe, todo igual.  No quiere pagar... un euro, no más. Al final entra, obtuso, en el majestuoso templo, convencido de que será un bonito fondo para su figura.

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111009_Kuta
Kuta, paraíso de surfistas, puteros y macarras tatuados. Basura blanca. Cerdos en motocicleta avanzan infantiles por la acera, entre jovencitas de muslos torneados y acangrejados turistas cuyo idioma más que lengua es escupitajo. Halo Mister, happy ending massage?.
 
Kuta, famosa por sus atentados de 2002 y 2004, a la altura de cualquier capital europea. Diríase que la ciudad en sí misma es un atentado, contra el urbanismo, contra el buen gusto, contra la cultura, el planeta y las razas. Kuta es, digámoslo, un crimen contra la Humanidad. Reminiscencias de Yakarta en el entorno de Torremolinos y el estilo de Benidorm. Gracias a Sanghyang Widi, mañana volvemos a Java para reencontrarnos con la 8ª reencarnación de Yoko Ono: Rita Morniati.

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121009_Kuta_Blitar
Java, seductora, me regala la magnifica visión del Monte Bromo y otros próximos volcanes en un deslumbrante paisaje antártico. Cada vez que volamos nos deshidratamos, a mi príncipe se la hacen agua las manos, por la tension; a mi los ojos, de la emocion.     

El trafico vuelve a enloquecer. Cuento las señales, una..................., dos..................................., tres....................................….en 300 kms, ningún limite de velocidad, ningún prohibido adelantar. Las motos no las cuento, para qué. Varias ocasiones de atropellar fantasmas. Otra vez las alcantarillas, la basura, el hedor, los penosos muecines, las raquíticas luces… empiezo a desear volver. 

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131009_Blitar 
A toda velocidad, salvando precipicios contra toda lógica, llegamos hasta un inmenso y creecido rio, cuando un terremoto empieza a sacudir las aguas, desbordándolo, convirtiendo la tierra en fango, que asciende por las casas, los bufalos, los árboles, hasta mí. Despierto angustiada.
 
Como plaga de langosta, en esta parte de Java, han acabado con la selva, prácticamente se la han comido toda.

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141009_Panataran
Nos levantamos necrófilos y vamos a la tumba de Soekarno, extinto padre de la nación. Acólitos, meten la mano en la tumba como tomandole el pulso. Aún quedan esperanzas. Tras media hora de enrevesado recorrido entre delirantes souvenirs con la efigie expresidencial, nos vamos a Panataran, bonitos y bien conservados templos hinduistas de la era Majapahit.

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151009_Blitar
El dia transcurre esperando que llegue el siguiente, momento del indeseado reencuentro con la odiosa Yakarta.

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161009_Yakarta
Como virgen numerosas veces penetrada, ésta vez Yakarta entra en mí sin violencia.  La acepto con resignación … al principio, porque después, la perra encuentra nuevas formas de torturarme: más ratas, serpientes, otro terremoto, pozos negros con forma de río, microscópicas habitaciones...Intento refugiarme en el mismo punto fijo que tan buenos resultados me dió en el pasado. Respira, respira, no estás aquí.

Otro terremoto nos ha sorprendido en la 8ª planta de un centro comercial. Aunque apenas lo he notado, hemos salido todos del edificio. Tengo un ataque de histeria. Mas tarde confirman: 6,4 Richterscale, epicentro en el oeste de Java. Yakarta, buena para ensayos nucleares. Para compensar picante cena Padang que insensibilice al dolor.

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171009_Yakarta_ZooRagunan
No me doy por vencida. Yakarta o Paris, me digo. Cambio de habitación, mas grande, mas cómoda, más cara. Vamos de compras. Vamos al zoo. Veo casuarios, tucanes, pavos reales y mil pájaros multicolor, veo orangutanes (de Sumatra y de Borneo), gibones, gorilas, gordísimas pitones, jirafas, tigres y dragones. Perdida por el zoo, buscando cocodrilos, me encuentro una serpiente. Todo perfecto, si no fuese porque no estaba dentro. Por suerte, se asusta y corre hacia el bambú. Seran mis rizos o el ruido de mis tacones.

Yakarta, enojada y calurosa, lo intenta una vez más, y me regala una imponente tormenta eléctrica junto a una lluvia torrencial. En pocos minutos las calles se inundan y el taxi empiece a flotar. En efecto, esta hijadeputa siempre me sorprende. A solo un metro del hotel una tromba de agua me deja completamente empapada. Dientes, dientes, que es lo que le jode. Y nos vamos a cenar, por tercera vez, al exquisito Lara Djon Grang.

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181009_Yakarta 
Como enemigas obligadas a soportarse, empezamos a descubrirnos. Yakarta se muestra hoy más limpia, con tráfico fluido, es posible cruzar la calle. Me descubre nuevos secretos, barrios coloridos, mercados, restos coloniales, rascacielos, vida exuberante. El cielo es más claro y los ríos menos agresivos. Repetimos comida en Serdehana, especiada y picante comida Padang.

En el aeropuerto de Yakarta recibo al orondo, desgarbado Manolo y la lánguida Loli como una bendición, preclara señal de la vuelta a casa.

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191009_Londres
Todo va volviendo a su sitio: los ríos se aclaran, las señales se multiplican, la basura desaparece, la vegetación se reduce a mero decorado, y los árboles son poco más que bonsais, ... adiós al verano permanente, a los mágnificos árboles, a los prodigiosos artesanos balineses, a la comida Padang, a los angkot y los becak, a los hipnóticos gamelan, a la familia real, a los templos matemáticos, los colores y la locura, adiós a este lugar rebosante de espiritualidad y parco en infraestructuras, a los espantosos alaridos de los muecines, y a todas las formas del verde, ... adiós o hasta pronto.

Sampai jumpa.

(Fin) 

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211009_Madrid
En efecto, una revisión me confirma que me quedan cinco años menos de vida. Tengo los pulmones gravemente enfermos y los nervios destrozados, se me ha caido el pelo y lo que queda esta ralo, marchito. Tengo mas arrugas y he perdido vista. Mi psicólogo me ha recomendado que no vuelva nunca más a Indonesia... pero queda tanto por ver, tantas erupciones que experimentar, que no sé que haré... y en cierto modo estoy casada con ella.


 

 

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